viernes, 23 de diciembre de 2011

El Pazo de Lourizán. La residencia de Eugenio Montero Ríos.


Situado a medio camino de Marín y Pontevedra, la granja de Eugenio Montero Ríos, es uno de los lugares más impresionantes, en mi opinión, de Pontevedra. El Pazo de Lourizán, es un edificio de arquitectura modernista presidido por unas escalinatas de piedra de estilo imperial, en las que se encuentran estatuas que representan las virtudes y los valores, entre ellas podemos encontrar esculturas de Atenea, El Discóbolo, Afrodita ...






Una de las características más llamativas de casi todos, por no decir todos los Pazos de Galicia, es la de lucir en su fachada los escudos de las familias más ilustres que en ellos vivieron, pero en el caso del Pazo de Lourizán, estos escudos fueron sustituidos por un llamativo reloj estilo "british", aunque también es cierto que en los cristales de la puerta principal y en la base de la escalinata se pueden apreciar grabadas las iniciales de sus antiguos propietarios: "E y A". Eugenio y Avelina.








Otra de las características principales de este Pazo son sus grandes ventanales que se abren en balcones, terrazas y miradores, el cristal y la piedra dando la sensación de estar en un palacio de estilo colonial propio de Alemania o Reino Unido.




Su aspecto de grandiosidad le fue otorgado con el tiempo, ya que evolucionó desde el siglo XV en que era un establecimiento rural, hasta llegar a convertirse en el siglo XIX en la residencia presidencial durante las épocas estivales.






Fue ya durante su breve mandato como Presidente del Consejo de Ministros de España, cuando Eugenio Montero Ríos habilitó el Pazo, alcanzando el máximo esplendor por convertirse en un lugar de encuentro, discusión y tertulia política convirtiendo a Lourizán en un lugar de descanso en un centro de referencia política y social a la que acudían políticos, periodistas y destacados hombres de la época.



Adquirido en el año 1940 por la Diputación Provincial de Pontevedra, en la actualidad el Pazo de Lourizán integra el Centro de Investigaciones Ambientales y Forestales de la Consejería de Medio Ambiente de la Xunta, con el objetivo de proteger, conservar y mejorar el patrimonio forestal de Galicia así como enseñar y profesionalizar a sus estudiantes, para lo cual cuenta con cincuenta y cuatro hectáreas.



En su recinto, se pueden apreciar variedades autóctonas como robles, castaños, abedules mezclados con camelias, vides, palmeras y alguna que otra secuoya aparte de otra zona de cultivo, herencia de su antigua función de huerto y una zona de jardín con especies exóticas como cipreses, araucarias, cedros y magnolias.











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