viernes, 14 de febrero de 2014

La Época Dorada de la Sanidad Española (Hospital Xeral)


A escasos metros de la Catedral de Santiago de Compostela, se encuentra en Santiago la decadencia y la ruina del Antiguo Hospital de Santiago de la Facultad de Medicina, y nos muestra como en la Época Dorada de la Sanidad Española, construcciones como esta se dejan abandonadas si la mínima intención de utilizarlas para otro uso o darles una mejor vida.

Todo empezó en los años setenta, cuando el SERGAS empezó a idear el traslado del hospital para construir el nuevo hospital a las afueras de la ciudad y así renovar la cara de la sanidad gallega y sus aptitudes y de esta manera, empezó la decadencia de esta maravillosa construcción.


Fue en ese momento, cuando el hospital fue adquirido por la Universidad de Santiago de Compostela para crear el Hospital Universitario de Santiago, pero nada volvió a ser igual.

Finalmente, en el año 1999 el Hospital Universitario cayó en el olvido.


Y aquí es donde entro yo y mi interés por los edificios y las construcciones abandonadas y claro, quien puede resistirse ante la atenta mirada de las ventanas de esta mole de piedra de ocho plantas cada cual más destrozada. Pues bien, aquí os dejo con las fotos.


En la primera incursión eramos dos,(hubo una segunda) y después de saltar la cerca cerrada por la zona de obras, empezamos a pensar en la forma de entrar, pues en principio todas las ventanas y puertas estaban tapiadas o cerradas hasta que me recoste en la puerta principal y esta ante la mirada atónita de mis compañera cedió, entramos y al contrario que en el exterior del edificio donde el bullicio de la civilización estaba presente, en la entrada principal, un silencio incomodo pero a la vez tranquilizador se apodero de nosotros.

Entrada Principal
Una de las cosas que más me gusta de los sitios abandonados como este es el polvo en suspensión, el silencio y el nerviosismo de estar cometiendo una ilegalidad y al mismo tiempo el miedo de encontrarse a algún yonkie o loco dentro del hospital.

Recorrimos los pasillos con recelo de lo que pudiese pasar, pues el pladur y el yeso del techo estaba totalmente destrozado y los ladrones de cobre también habían hecho de las suyas en el interior pues todos los cables estaban arrancados destrozando todo a su paso.

Los cristales rotos sonaban bajo nuestros pies y el olor a orín de gato se hacía más soportable a medida que te adentrabas en el interior del hospital.

Andábamos perdidos de un lado para otro hasta que finalmente encontramos una de las escaleras principales de caracol que llevaban a cada una de las plantas de esta imponente construcción.

Escalera Principal
Lo primero que se nos ocurrió fue dirigirnos hacia el sótano pues sería el lugar donde seguramente encontrásemos los quirófanos y los depósitos, pero lo único que encontramos fue un pasillo oscuro con todas las ventanas tapiadas donde la única fuente de luz que teníamos eran dos linternas pequeñitas y la luz de enfoque de mi Nikon 3100, pero eso no hizo que nos echásemos atrás.




Seguimos nuestro camino por los sótanos del hospital, hasta que llegamos a una de las muchas paredes tapiadas por ladrillos que hicieron que retrocediésemos sobre nuestros pasos dirigiéndonos esta vez hacia las planas superiores. En un primer momento pensamos en coger el ''ascensor'' pero nos quedamos con las ganas. Tocó subir andando.

Hueco del Ascensor

Motor del ascensor, se ve que los ladrones de cobre hicieron de las suyas
Anduvimos subiendo e investigando planta por planta, algunas con camas, sillas, muebles, pero sobre todo la que más nos impacto fue pediatría. Allí parecía que en cualquier momento volverían a entrar los niños enfermos a buscar o recibir tratamiento para volver a jugar en los patios de colegio al recibir el alta. Pero esto solo era una ilusión, pues por mucho que nos pese, nunca más volverán a pasar niños por esas camas ni va a volver a haber actividad medica sanitaria en estos pasillos.






De camino a las últimas plantas se podía ver el esplendor de una ciudad como la de Santiago de Compostela y como en muchas de las zonas exteriores del edificio, la naturaleza volvía a reclamar lo que mucho tiempo atrás había sido suyo.




Y finalmente, llegamos al archivo en la última planta. Allí, todavía se podían leer muchas de las historias de los pacientes que pasaron por el hospital, los archivos médicos, los manuales de los ordenadores e incluso los calendarios llenos de post-it de citas o cursos de medicina.






Y ya con la noche encima, era el momento de irnos cuando un golpe sonó en el interior de una de las habitaciones y allí, encontramos una habitación con el pladur de la pared totalmente nuevo y con un par de golpes en la pared encontramos una de las zonas tapiadas del hospital y como era de esperar en un hospital, no podían faltar los medicamentos, botellas de oxigeno, probetas de análisis...




Y hasta aquí les dejo con mi experiencia en este hospital abandonado, espero que les haya gustado este post. Saludos.



2 comentarios:

  1. Tengo muchísimas ganas de visitar el Hospital. Tu entrada me ha abierto aún más el apetito de perderme por sus pasillos y pasear por los rincones que has fotografiado. Un gran trabajo!

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  2. buenas noches!! yo he entrado en este hospital 2 veces de noche, y claro apenas se ve algo. Y encima te pone nervioso que ves pasar las luces de la policia por la calle...Pediste un permiso o entraste a plena luz del dia y a escondidas? Me encantaria poder visitarlo de nuevo y con calma, me pierden estos lugares abandonados, eso si, ir con cuidado, no deja de ser un hospital.

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